miércoles, 10 de febrero de 2010

De dinastías y cagaderos (I)

Cruce fronterizo entre las ciudades de Eilat (Israel) y Taba (Egipto)
Hace algo más de veinte años, Teresita(1) regresó de un viaje por algunos países del "viejo mundo", que incluyó una visita a la República Árabe de Egipto. A partir de sus relatos surgió en mi la curiosidad por conocer una de las obras representativas de la civilización egipcia antigua y a la vez muestra del avance tecnológico del siglo XX: Los templos de Abu-Simbel en Aswan, en el extremo austral del país de los faraones. Me contaba entonces que los dos templos construidos hace más de tres mil años bajo el reinado de Ramsés II para honrar a sus dioses -el templo mayor dedicado a la trinidad de deidades egipcias Amón, Ra y Ptah y el templo menor dedicado a la diosa Hator-, los cuales habían sido esculpidos en la piedra con la entonces avanzada tecnología egipcia, fueron desplazados de su ubicación original un par de centenas de metros hacia el norte y sesenta y pico de metros hacia arriba, con el fin de evitar su inundación a causa de la creación del lago Nasser, como consecuencia de la construcción de una nueva represa sobre el río Nilo. Lo que me sorprendió del asunto, en ese entonces, fue sin duda la gran capacidad de la mente humana que en la década de 1960 logró desbaratar los templos y trasladarlos como si de un modelo de estra-landia (2) se tratara.
Dahab, villa de descanso y buceo sobre el Mar Rojo - Península del Sinaí
En el año 2009 tuve la oportunidad de conocer de primera mano no sólo este complejo, sino buena parte de los tesoros arqueológicos del país árabe. Un par de semanas no fueron suficientes para recorrer toda su extensión, pero pude visitar los sitios más representativos en donde la civilización egipcia tuvo su apogeo. Y lo creo literal, pues al conocer el Egipto contemporáneo, aquel del mercado informal, el tráfico caótico, la burocracia reinante, el desaseo por hectáreas y los buses destartalados, cuesta creer que hace milenios los habitantes de esas mismas tierras lograron alcanzar un desarrollo cultural, científico y tecnológico que los convirtió en uno de los importantes imperios de la antigüedad.
No obstante, para un latinoamericano de ciudad promedio como el que esto escribe, enfrentarse a urbes como El Cairo (la ciudad más grande de África) no resulta tan impactante. La informalidad no es más desproporcionada que la nuestra, y si se está acostumbrado a viajar en plan mochilero, esa es una de las condiciones a experimentar.

Y como la pregunta no falta, me puse a pensar en el hecho más impactante de mi periplo por el país. Después de considerar los tesoros de Tutankamón, los templos del Valle de Los Reyes, el templo de Hatshetsup, el sistema de irrigación del Nilo, el ascenso al monte Sinaí y el mismo complejo de Abu Simbel, del cual entonces entendí su magnificencia no por el hecho de haber sido desplazado hace ya casi medio siglo sino por la asombrosa muestra del avance en ingeniería egipcia de hace más de tres milenios, concluí que el evidente contraste entre la grandeza de una nación que dejó huella con sus imponentes monumentos y el actual parecido con las naciones "en vías de desarrollo" como mi país Colombia, genera una duda que difícilmente se podrá responder en una oración: ¿cómo es posible que un territorio con tanta historia y antecedentes de desarrollo y poderío esté hoy en las condiciones en las que está?
Al-Uqsur (Luxor):  Templo y calle de barrio

La pregunta aplicaría a prácticamente todos los países del tercer mundo que albergaron en sus territorios culturas de avanzada y que hoy en día lo poco que conservan de ellas son algunos vestigios que el colonialismo no pudo borrar.

Mi reflexión final, antes que comenzar a pensar en responder la pregunta, se circunscribe al hecho de ser un ciudadano de un país con una riqueza enorme pero que continúa en el difícil camino de emerger del subdesarrollo, y quien por su condición se sigue resignando a disfrutar del prado del vecino mientras las ganas y el bolsillo lo permitan.
Templo de Ramsés II en Abu-Simbel
Atardecer sobre el río Nilo en Al-Qairah (El Cairo)   -   Jabal Musa, o Monte Sinaí.
* En tanto que la intención de este blog ha virado hacia minimizar la prosa e incrementar el contenido de imágenes, información adicional sobre el periplo por tierras egipcias gustosamente la compartiré por solicitudes puntuales.
0. Tuve la fortuna de hacer este viaje gracias a la determinación que durante muchos años me hizo falta, y al generoso patrocinio de mi querida tía Rebeca Fajardo.

1. Teresita Bello de Fajardo es una de las responsables de mi vocación nómada, a quien le agradezco, entre muchas otras cosas, haberme despertado el interés por los viajes y las civilizaciones de extra mares.
2. Para los nacidos después de la década de 1980 el término puede resultar prehistórico. Estra-Landia es un juego didáctico de ensamble de piezas que generalmente permitía realizar diversos tipos de edificaciones, y otros objetos como vehículos algo alejados de la realidad. Y con todo respeto por los amantes de Max Steel, el Wii, X-Box  y similares sigo creyendo que es uno de los mejores juguetes para niños.

1 comentario:

juliana dijo...

Queridillo... A propósito de tu diario de viajes. ¿No te interesaría escribir en mi revista?