martes, 27 de mayo de 2008

Las reglas del juego (I)

* Entrada publicada originalmente el 11 de noviembre de 2006 (edición revisada).

Las reglas del juego


Hace noventa segundos oprimí la tecla "F5" para recargar la información de la entrada que llevaba editando durante, aproximadamente, media hora. El afán logró cobrarme la primiparada, pues ignoré la advertencia EXPRESA que la acción arrojó, y el resultado fue el esperado: Perdí mi trabajo...



El consuelo:
estoy escribiendo -así sea para contar que me pifié- mi segunda entrada. Y para aprovechar el contexto, se me ocurre comenzar con algo que tenía planeado publicar más adelante: un conjunto de "pseudo principios" que, a mi lego juicio, deben acompañar este ejercicio.
* Respeto. Entendido como asumir la diferencia, transigir posiciones, expresar honesta pero diplomáticamente los puntos de vista y réplicas. (Nota 2008: el autor se reserva el derecho de eliminar comentarios irrespetuosos o que atenten contra los principios de este espacio... a medida que vayan apareciendo -los principios y los comentarios-).
* Rigor. Desde que tengo uso de razón (hace un poco menos de diez años, a decir verdad) me he esmerado en utilizar de manera más apropiada, y con algo de cuidado esta maravillosa herramienta que es el lenguaje. Procuro observar mi forma de escribir, a ratos también de hablar. Recibo gustoso los aportes de quienes encuentran los infaltables gazapos idiomáticos, siempre y cuando se ajusten al principio anterior. (Nota 2008: en caso de duda, consulte. Un buen recurso es la página de la Real Academia Española www.rae.es).
* Retroalimentación. El ejercicio de "dialogar" a través del teclado ayudará a mantener viva esta inciativa. Escriba, opine, aporte, proponga. Critique constructivamente y, por favor, absténgase de juzgar.

Ya aparecerán los demás.

(Nota 2008: seguidamente, además de unas vagas apreciaciones acerca de cómo me imaginaba en ese entonces un blog, citaba dos de los primeros espacios de este tipo que conocí.
Hoy desafortunadamente uno de esos no está "al aire", pues su autor falleció trágicamente fuera del país. Igual, le doy el crédito a Carlos "El Gordo" García, quien en sus escritos me sacó siempre una sonrisa, cuando no una carcajada.
El otro es escrito por un ex-compañero de estudios superiores, con quien hicimos hace unos años el experimento de trabajar juntos como profesionales. Es una relación algo curiosa, pues no somos los mejores amigos, pero tenemos afinidades en algo. Aunque discrepo de muchas de sus posiciones, lo respeto y admiro la pasión con la que ha llevado su blog (ahora vlog, flog, y según sus propios términos "fvblog" -o algo semejante). Visite La Stulta Viro, de Daniel Andrés Arango Mila).

Esa fue una buena manera de desahogar la metida de pata de mi pretendida publicación. Por algo sería.


Nota final 2008: Después de explorar un poco más estos espacios, entendí la regla única y fundamental que rige el asunto: "No hay reglas".

domingo, 25 de mayo de 2008

Segundo envión

Hace algo más de año y medio comencé a poner por escrito algunas de mis pretenciosas reflexiones, en un espacio similar a este. O blog que llaman (el equivalente en castellano sería bitácora, pero en este caso vale la licencia). Y tan pretencioso como mis reflexiones resultó ser el intento. Injusto sería decir que "nació muerto", pues alcancé a publicar tres o cuatro entradas... ¡en el primer año!.

A raíz de tal fiasco, pues el sentido que le veo al asunto es el de alimentar constantemente esos "diarios de vida", y recibir a cambio visitas, observaciones, aportes y hasta insultos, opté por suspender la publicación, que anteriormente se encontraba (bueno, aun se encuentra, pero no a la vista del público) vinculada a mi cuenta de usuario de uno de los mayores -si no el más grande- servidores de correo, mensajería instantánea y demás herramientas basadas en la red para usuarios legos en temas de comunicación. Si a algún curioso se le ocurre la absurda idea de conocer ese primitivo intento, bien pueda resignarse: no se pierde de mucho. Y si insiste, envíeme su dirección de correo electrónico en hotmail o msn.

Pero como no hay padre que no quiera, aunque sea un poquito, a sus hijos bobos, pienso rescatar de esos escritos aquel que me pareció apropiado para iniciar. Se titulaba, si mal no recuerdo, "las reglas del juego".

Eso sí, hago la salvedad: el escrito que eventualmente se transcriba será sometido a un merecido filtro, pues después de diecitantos meses algunas mañas nuevas habré adquirido.

Y como sigo estando en un limbo entre los sujetos que pertenecen a las generaciones que le temen al computador y aquellos que tienen la capacidad de manejar como un juguete las herramientas tecnológicas de comunicación recientes, opto por utilizar este sencillo pero efectivo blogger (gracias Google) para transcribir mis ideas.

No espere grandes (ni pequeños) despliegues de tecnología, efectos, animaciones, aplicativos, muñequitos haciendo muecas ni interfases gráficas excepcionales. La plantilla básica de este servicio gratuito es absolutamente congruente con mi criterio funcional, sobrio y, si se quiere, desabrido. Lo que me interesa es escribir algo, y de vez en cuando publicar una foto o imagen que acompañe y complemente el texto. El resto son adornos, accesorios y ornamento, el cual suelo despreciar (1).

La intención (o nuevamente pretención, llámela como quiera) es exponer mis reflexiones acerca de para qué carajos los seres humanos estamos pisando la tierra. Y de paso, compartir algunos avances que he logrado en el camino que quiero recorrer de aquí en adelante. Sería gratuito hacerlo sin haber dado el primer paso, y ya que en estos últimos años logré acumular algo de sensatez, dejar un poco la inmadurez (¿?), tener un relativo equilibrio financiero y lo más importante: decidirme, considero que esta vez mi blog puede convertirse en una suerte de ´diario de viaje´.

Lo más probable es que en los meses por venir el movimiento de este espacio sea reducido, pues sigo inmerso en una rutina que forma parte del proceso, pero que por fortuna -y si las cosas salen como lo he planeado- no durará mucho.

Arranca pues mi segundo intento de hacer un blog. Y si leyó hasta aquí, se merece un agradecimiento por su paciencia, y una invitación a dejar su comentario (exprese lo que quiera, pero no ofenda a nadie. Menos al idioma).

Hasta la próxima. Si llega a ver la luz.

(1) Para mayor ilustración, consulte el ensayo "Ornamento y Delito" del arquitecto austriaco Adolf Loos (publicado en el blog colectivo "Hispanoamérica. Artes del Libro").